Vengo del mundo del desarrollo multiplataforma, con experiencia práctica en entornos reales como Michelin, donde pude aplicar mis conocimientos en programación, automatización y mejora de procesos. Más allá del código, me gusta asumir retos que me saquen de lo habitual: por eso decidí viajar solo a Nueva Zelanda, una experiencia que me obligó a adaptarme, tomar decisiones y ver el mundo desde nuevas perspectivas.

Me interesa especialmente la inteligencia artificial aplicada y cómo la tecnología puede generar un impacto positivo en el día a día. Valoro el aprendizaje constante como forma de crecer tanto personal como profesionalmente, y entiendo la curiosidad como una herramienta clave para innovar. Para mí, desarrollar software no es solo escribir código, sino construir soluciones que conecten con las personas y resuelvan problemas reales.